El modelo de educación endógeno es un método centrado en el proceso de la misma. Este tipo de modelo se centra principalmente en la persona (alumno) y en el proceso de su desarrollo.
Paulo Freiré, su principal inspirador lo llama «educación liberadora» o «transformadora».
La educación liberadora es un modelo gestado en América Latina porque aunque recibió valiosos aportes europeos y norteamericanos, es en nuestra región donde Freiré y otros educadores imprimen su clara orientación social, política y cultural.
Este tipo de modelo conduce a una educación para la democracia y un instrumento para la transformación de la sociedad. Por lo tanto sus principales prioridades no serán informar sino formar a las personas con el fin de darles la capacidad y oportunidad de que cada uno pueda transformar su realidad ya que el educando más que datos, informaciones, necesita instrumentos para pensar, para interrelacionar un hecho con otro y poder así sacar consecuencias y conclusiones para construir una
explicación global, una cosmovisión coherente.
Las características principales de este modelo son:
- No hay más un educador del educando, ni un educando del educador, sino un educador-educando con un educando-educador. Es decir, plantea que nadie se educa solo, sino que los hombres se educan entre sí mediatizados, únicamente, por el mundo.
- La educación es vista como un proceso permanente, donde el sujeto tiene que ir descubriendo, elaborando, reinventando, haciendo suyo el conocimiento y es por esto que la educación se hace en la vida, en la praxis reflexionada
- Debe existir un proceso de acción-reflexión-acción que cada individuo tiene hacer desde su propia realidad, experiencia, práctica social, junto con los demás.
- El cambio fundamental consiste en el paso de un hombre acrítico a un hombre crítico, el cual comenzara desde los condicionamientos que lo han hecho pasivo. Este cambio no es imposible pero el principal acto a realizar es que cada persona tome con más autonomía sus propias opciones.
- Además de ser transformadora es una educación problematizadora puesto que ayuda a la persona a desmitificar su realidad (física y social).
- Lo más importante es que el sujeto aprenda a aprender, es decir, que sea un sujeto capaz de razonar e indagar más allá de lo que el guía le exija
- El educador ya no está para enseñar y dirigir, sino para acompañar al alumno, para estimular el proceso de análisis y reflexión y para aprender junto a él y de él.
- Lo importante es que el sujeto aprenda a aprender más que enseñar cosas y transmitir contenidos.
- Se basa en la participación activa del sujeto en el proceso educativo, y forma para la participación en la sociedad. Es de gran importancia la participación del alumno porque solo de esta manera se llega realmente al conocimiento.
Este tipo de modelo tiene como objetivo principal que el sujeto piense y que ese pensar lo ayude a transformar su realidad. Sin embargo, aunque el profesor aquí ya no es el que impone, sino el que guía, la información sigue teniendo un papel muy fundamental. Es por eso que poner el énfasis en el diálogo, en el intercambio, en la interacción de los participantes, no significa prescindir de la información. Ni equivale a afirmar que todo, absolutamente todo, ha de salir del autodescubrimiento del grupo. Es por lo mismo que Freire (1977) afirma que «conocer no es adivinar» y que «la información es un momento fundamental del acto del conocimiento».
La información, pues, es necesaria. Un dato, un aspecto de la realidad, puede ser indispensable para que el grupo avance. Y el educador (o el comunicador) no debe dejar de aportarlo. Aunque es indispensable que la información responda a una previa problematización: a una necesidad que el grupo siente, unas preguntas que éste se formula, a una búsqueda o a una inquietud. Porque sólo de esta manera el grupo la incorporará y la hará suya.
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