La educación puede considerarse como un proceso a través del cual los individuos se constituyen como sujetos sociales, es por ello una función social.
A su vez, la comunicación ha ayudado a obtener una comprensión más amplia de los procesos educativos. ya que constituye un campo de estudio interdisciplinario que aporta una perspectiva diferente y novedosa de algunos elementos que intervienen en el proceso educativo.
Basada en estos antecedentes la autora Mercedes Charles, ha clasificado 4 universos lingüísticos en el salón de clases: el lenguaje escolar, el lenguaje magisterial, el lenguaje de los alumnos y el lenguaje de los textos.
El lenguaje escolar está constituido por todos aquellos lenguajes que forman parte del sistema de relaciones entre los espacios, las personas, los objetos, las convenciones, la estructura curricular, los modelos de enseñanza y aprendizaje del sistema escolar.
El lenguaje magisterial es aquel que instituye el docente en la relación pedagógica que establece tanto con los alumnos como con el objeto del conocimiento (implica el uso de la palabra al igual que el lenguaje corporal).
El lenguaje de los alumnos es un lenguaje espontáneo e informal en el que se manifiesta la riqueza comunicativa y la dimensión en este circuito no formal.
El lenguaje de los textos tienen relación tanto con los contenidos que se establecen en el currículum escolar como con la disciplina a la que corresponden. Siempre implican una interpretación, y por tanto están permeados por una ideología, Los textos emplean, ademas, una serie de códigos, imágenes e ilustraciones.
Estos cuatro universos lingüísticos confluyen dentro del aula y pueden ser estudiados en forma aislada, pero es en el interjuego de los mismos donde realmente se produce el proceso educativo.
Pero ¿Cómo se lleva a cabo la transmisión de conocimientos dentro del aula?
La transmisión de los conocimientos en el aula se lleva a cabo de manera diferente dependiendo del modelo con el que se este trabajando.
El modelo tradicionalista.
Esta metodología es la más usual dentro del proceso de enseñanza aprendizaje. Supone una transferencia de información del emisor (maestro) al receptor (alumnos) con el fin de lograr que los segundos introyecten determinados contenidos para su formación.
Su base es la transmisión de contenidos de forma unidireccional. El alumno tiene un papel pasivo y marginal mientras que el maestro y los contenidos que son transmitidos constituyen un aspecto central. Además, conlleva un modelo de comunicación autoritaria en donde es imposible el intercambio de roles.
La metodología activa.
A diferencia del modelo anterior esta metodología busca propiciar que el flujo de la información también circule del receptor (alumnos) al emisor (maestro) con el fin de propiciar una mayor participación y retroalimentación por parte de los alumnos. Es decir, este es un modelo de comunicación horizontal y dialógico, donde entre el emisor y el receptor se da una flexibilidad de roles y donde el diálogo se entiende como aquel proceso de intercambio ordenado y sistematizado que permite la transición del sentido común a un conocimiento que implique reflexión, critica y construcción del conocimiento.
En pocas palabras este es un modelo que enfatiza el proceso de interacción entre personas y una participación activa de los alumnos en su propio proceso educativo y formativo.
Al ser la educación aquel proceso mediante el cual los individuos se constituyen como sujetos sociales, la responsabilidad no está a cargo exclusivo de una sola institución (la escuela) sino que este proceso resulta de la interrelación de varias instituciones las cuales son los encargados de crear, reproducir y difundir conocimientos, habilidades, valores, normas, actitudes, y conductas.
La escuela y la familia:
El niño antes de ser alumno es hijo de familia y es al interior de ésta donde el niño tiene su primer contacto social, donde interioriza un universo cultural y valoral y donde comienza a comprender el mundo en el que esta inmerso.
Es importante, por lo anterior, que la escuela tenga una relación estrecha con la familia para poder comprender el mundo que el niño ha interiorizado, a partir de la relación con su familia, y así mismo poder actuar en él sin fuertes contradicciones con respecto a su formación y a los valores que se tienen que transmitir.
La comunidad:
La escuela es una institución inserta en una comunidad determinada y su desarrollo depende de ésta. Por eso es fundamental que la escuela reconozca y respete las normas y valores de la comunidad en la que está inserta pero sin el condicionamiento de que se constituya en un agente de cambio y de desarrollo de la misma.
Una escuela bien integrada en su propia comunidad da mejores resultados en la formación de sus alumnos y propicia un mayor compromiso de éste en su comunidad.
Los medios masivos de comunicación:
En la actualidad estos están presentes en la vida de los alumnos y proporcionan a éstos referentes para la interpretación del mundo en el que viven, para la conformación de su universo valoral y para la formación de una identidad compartida.
Sin embargo, no son del todo aprovechados en la escuela porque se cree que su influencia, en los alumnos, es más negativa que positiva. Al utilizar los medios como fuentes complementarias de información puede propiciarse el dialogo entre maestros y alumnos, mayor capacidad critica y analítica en los alumnos y sobre todo puede ser valiosa para la actualización de los contenidos de la enseñanza.
La transmisión de los conocimientos en el aula se lleva a cabo de manera diferente dependiendo del modelo con el que se este trabajando.
El modelo tradicionalista.
Esta metodología es la más usual dentro del proceso de enseñanza aprendizaje. Supone una transferencia de información del emisor (maestro) al receptor (alumnos) con el fin de lograr que los segundos introyecten determinados contenidos para su formación.
Su base es la transmisión de contenidos de forma unidireccional. El alumno tiene un papel pasivo y marginal mientras que el maestro y los contenidos que son transmitidos constituyen un aspecto central. Además, conlleva un modelo de comunicación autoritaria en donde es imposible el intercambio de roles.
La metodología activa.
A diferencia del modelo anterior esta metodología busca propiciar que el flujo de la información también circule del receptor (alumnos) al emisor (maestro) con el fin de propiciar una mayor participación y retroalimentación por parte de los alumnos. Es decir, este es un modelo de comunicación horizontal y dialógico, donde entre el emisor y el receptor se da una flexibilidad de roles y donde el diálogo se entiende como aquel proceso de intercambio ordenado y sistematizado que permite la transición del sentido común a un conocimiento que implique reflexión, critica y construcción del conocimiento.
En pocas palabras este es un modelo que enfatiza el proceso de interacción entre personas y una participación activa de los alumnos en su propio proceso educativo y formativo.
Al ser la educación aquel proceso mediante el cual los individuos se constituyen como sujetos sociales, la responsabilidad no está a cargo exclusivo de una sola institución (la escuela) sino que este proceso resulta de la interrelación de varias instituciones las cuales son los encargados de crear, reproducir y difundir conocimientos, habilidades, valores, normas, actitudes, y conductas.
La escuela y la familia:
El niño antes de ser alumno es hijo de familia y es al interior de ésta donde el niño tiene su primer contacto social, donde interioriza un universo cultural y valoral y donde comienza a comprender el mundo en el que esta inmerso.
Es importante, por lo anterior, que la escuela tenga una relación estrecha con la familia para poder comprender el mundo que el niño ha interiorizado, a partir de la relación con su familia, y así mismo poder actuar en él sin fuertes contradicciones con respecto a su formación y a los valores que se tienen que transmitir.
La comunidad:
La escuela es una institución inserta en una comunidad determinada y su desarrollo depende de ésta. Por eso es fundamental que la escuela reconozca y respete las normas y valores de la comunidad en la que está inserta pero sin el condicionamiento de que se constituya en un agente de cambio y de desarrollo de la misma.
Una escuela bien integrada en su propia comunidad da mejores resultados en la formación de sus alumnos y propicia un mayor compromiso de éste en su comunidad.
Los medios masivos de comunicación:
En la actualidad estos están presentes en la vida de los alumnos y proporcionan a éstos referentes para la interpretación del mundo en el que viven, para la conformación de su universo valoral y para la formación de una identidad compartida.
Sin embargo, no son del todo aprovechados en la escuela porque se cree que su influencia, en los alumnos, es más negativa que positiva. Al utilizar los medios como fuentes complementarias de información puede propiciarse el dialogo entre maestros y alumnos, mayor capacidad critica y analítica en los alumnos y sobre todo puede ser valiosa para la actualización de los contenidos de la enseñanza.
Referencia:
Charles, Mercedes. Tecnología y Comunicación Educativas en Revista electrónica. México: ILCE, M. (1992). "Comunicación y procesos educativos",
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